¿Se puede empezar una dieta en Navidad? Lo que dicen los especialistas sobre cuidarse sin culpa en estas fechas
A poco tiempo de la llegada de la Navidad, muchos se preguntan si es posible iniciar una dieta durante una temporada navideña.
A poco tiempo de la llegada de la Navidad, muchos se preguntan si es posible iniciar una dieta durante una temporada navideña.
La Navidad suele instalar una idea casi automática: que no es momento para cuidarse. Las mesas abundantes, las reuniones sociales y la carga simbólica de las celebraciones hacen que muchas personas posterguen cualquier intento de cambio hasta que las fiestas terminen.
Sin embargo, cada vez más especialistas coinciden en que la pregunta no debería ser si se puede empezar una dieta en Navidad, sino desde qué enfoque se aborda el cuidado personal en estas fechas.
Durante este periodo, el discurso alrededor de la alimentación suele dividirse entre el exceso y la culpa. Esa tensión explica por qué muchas personas sienten presión al pensar en su relación con la comida durante las celebraciones.
La Navidad no es solo una fecha, es un conjunto de rituales. La comida cumple un rol central como espacio de encuentro, memoria y vínculo. Por eso, intentar aplicar reglas rígidas en un contexto emocionalmente cargado suele generar frustración.
Además, existe una narrativa extendida que asocia el inicio de una dieta con el control estricto y la renuncia. Bajo esa lógica, diciembre aparece como el “peor momento” para cuidarse. Sin embargo, esa visión no contempla que los hábitos no se construyen de un día para otro ni dependen exclusivamente del calendario.
¿Empezar una dieta implica restringirse en Navidad?
No necesariamente. Hoy, muchos profesionales de la salud coinciden en que cuidar la alimentación no significa eliminar alimentos ni aislarse de las celebraciones. Empezar una dieta, entendida como un proceso de cambio de hábitos, puede implicar decisiones más conscientes sin caer en extremos.
Esto puede traducirse en escuchar señales de saciedad, mantener horarios regulares, hidratarse adecuadamente o equilibrar las comidas del día sin convertir cada encuentro social en una fuente de estrés. La clave está en el enfoque: sostenibilidad antes que perfección.
¿Es mejor esperar a que pasen las fiestas?
Esperar puede ser una opción válida para algunas personas, pero no necesariamente la mejor para todas. Postergar indefinidamente el cuidado personal suele reforzar la idea de que solo se puede empezar cuando todo está “en orden”. En la práctica, ese momento ideal rara vez llega.
Iniciar pequeños cambios durante la Navidad puede ayudar a desactivar la lógica del todo o nada. No se trata de imponer objetivos ambiciosos, sino de observar cómo se quiere transitar esta etapa sin descuidar el bienestar físico y emocional.