Navidad: ¿Cómo evitar el malestar después de la cena navideña? Conoce los secretos para no pasarlo

La incomodidad tras la cena de Navidad no siempre tiene que ver con comer de más, sino con cómo y cuándo lo hacemos

La cena de Navidad suele vivirse como un momento esperado, cargado de emoción, reencuentros y tradiciones que se repiten cada año. Sin embargo, para muchas mujeres, esa noche también viene acompañada de una sensación incómoda horas después. Pesadez, hinchazón, ardor o un malestar general que termina opacando el descanso.

¿Por qué el malestar aparece después de la cena navideña?

La cena en Navidad reúne varios factores que afectan al cuerpo: horarios poco habituales, comidas más elaboradas, porciones distintas a las del día a día y una duración prolongada frente a la mesa. A eso se suma el ritmo acelerado de las fiestas, el cansancio acumulado y, en muchos casos, la ansiedad por “aprovechar” un momento que ocurre solo una vez al año. El resultado suele sentirse horas después, cuando el cuerpo intenta digerir en un contexto que no le es del todo familiar.

Qué hacer antes de la cena para evitar la incomodidad

Uno de los errores más comunes es llegar a la cena con demasiada hambre. Pasar largas horas sin comer durante el día, pensando en “guardarse” para la noche, suele generar que el cuerpo coma más rápido y con menos registro de saciedad. Mantener comidas ligeras durante el día, hidratarse bien y evitar ayunos prolongados ayuda a que la cena se viva con mayor equilibrio.

También es clave bajar el ritmo antes de sentarse a la mesa. Llegar apurada o estresada influye directamente en la digestión. Tomarse unos minutos para respirar, sentarse con calma y comer sin distracciones marca una diferencia más grande de lo que parece.

Cómo comer durante la cena sin sentir pesadez

No se trata de prohibirse platos ni de controlar cada bocado, sino de escuchar al cuerpo mientras se come. Comer despacio, masticar bien y hacer pausas entre platos permite que el cuerpo procese mejor los alimentos. Alternar bocados con agua y evitar mezclar demasiados tipos de comida en un solo plato también ayuda a reducir la sensación de hinchazón.

Otro punto importante es respetar las señales de saciedad. En una cena larga, es fácil seguir comiendo por conversación o costumbre. Permitirnos parar, incluso si el plato no está vacío, es una forma de autocuidado que no quita disfrute al momento.

Qué hacer después de la cena para ayudar al cuerpo

Tras la cena luego de Navidad, acostarse inmediatamente suele intensificar el malestar. Dar un breve paseo, moverse suavemente o permanecer sentada un tiempo antes de ir a la cama facilita la digestión. Evitar prendas muy ajustadas y optar por ropa cómoda también contribuye a que el cuerpo no se sienta presionado.

Las infusiones suaves, como manzanilla o anís, suelen ser aliadas tradicionales en estas fechas, no como solución mágica, sino como un ritual que invita a bajar el ritmo y preparar el descanso.