Hombre pasa horas viendo su teléfono en el baño y pierde el intestino
El hombre perdió 15 centímetros de su intestino por pasar horas en el baño viendo el celular.
El hombre perdió 15 centímetros de su intestino por pasar horas en el baño viendo el celular.
Es común pasar tiempo sentado en el inodoro mientras revisamos nuestras redes sociales o vemos memes. Pero, esta conducta puede dañar tu salud, ya que un hombre se quedó sentado en el inodoro por un largo rato y perdió el intestino.
De acuerdo con el medio chino Kan Kan News, un hombre en la ciudad de Guangdong, China habría ingresado al baño debido a problemas de salud que le causaban diversas dificultades para evacuar.
El hombre pasó mucho tiempo pujando, intentando expulsar las heces mientras se distraía con su celular. Con el paso del tiempo, lo único que logró fue que salieran sus intestinos, por lo que, con un poco de miedo, acudió al hospital de la Universidad Sun Yatsen.
Los médicos señalaron que había sufrido un prolapso rectal, y esto se debió a que tras estar mucho tiempo sentado más la fuerza en dicha área se debilitó por lo que su ano se desprendió. Sufrió de esta condición debido a problemas estomacales que había tenido desde su infancia y que normalmente se ajustaban de manera natural.
Pero, debido a que pasó mucho tiempo en el baño, el problema empeoró, tanto que 15 centímetros de sus intestinos se habían salido, pero afortunadamente los médicos pudieron acomodarlos nuevamente.
¿Qué es un prolapso rectal?
Es una afección que ocurre cuando el recto se debilita y sale a través de la abertura anal. Sus causas no son del todo claras, pero algunas posibles pueden incluir las siguientes: una abertura agrandada causada por la relajación de los músculos en el piso pélvico, que está formado de músculos alrededor del recto.
Un prolapso puede ser parcial o completo, es decir, el recubrimiento interior del recto sobresale parcialmente del ano. En el prolapso completo, el recto completo sobresale a través del ano. La mayoría de los casos de prolapso rectal ocurren en niños menores de 6 años.