Ser tía es amar a alguien que no es tuyo pero a quien tu corazón pertenece

Ser tía es una de las sensaciones más divertidas que toda mujer ha sentido o siente en algún momento de su vida.

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Ser tía es una de las sensaciones más divertidas que toda mujer ha sentido o siente en algún momento de su vida.

Ser tía significa convertirse en confidente, amiga, una segunda madre y una imagen de apoyo para los pequeños, por lo que su presencia es muy importante en el desarrollo de los niños.

Pero, si aún no eres tía, nosotros te contamos por qué convertirte en una es algo genial y si ya lo eres, entenderás perfectamente de qué hablamos.

Te diviertes con los niños y estos te hacen recordar tu infancia. Cuando tenemos sobrinos, hacerlos jugar se convierte en la excusa perfecta para recordar esos juegos infantiles de antaño. Además, al llevarlos a los parques puedes usar los toboganes o columpios que, obviamente, ya no son para ti pero que de todas formas los usas con la excusa de cuidar a los pequeños.

Cuando tenemos sobrinos, se crea una complicidad muy especial con ellos, puesto que las tías somos más permisivas que los propios padres. Es una mezcla entre amistad y protección que hace que la conexión entre ambos sea muy fuerte y duradera. Según expertos de la psicología y crianza, esta confianza que se desarrolla entre tía y niño, puede ser más fuerte que con la madre.

Cuidar de tu sobrino es como criar un hijo, pero sin la misma responsabilidad. Podemos estar con ellos, divertirnos, jugar y demás, pero cuando empiezan a llorar o hacen algún berrinche, devolvérselos a sus padres es la mejor opción. Sólo nos debemos preocupar por que el pequeño tenga los mejores recuerdos de su infancia con nosotros, lo demás lo harán sus padres. Nuestra tarea es solo disfrutar de nuestros sobrinos.

Tener niños cerca es una gran ayuda si queremos ser madres en un futuro. La manera correcta de cargar al bebé, qué hacer cuando llore, son solo algunas de las habilidades que una va adquiriendo cuando se involucra en la crianza de los sobrinos. Además, vivirás de cerca la responsabilidad que se tiene cuando nos convertimos en padres.

No importa cuántos sobrinos tengamos, verlos emocionarse con nuestra llegada es un sentimiento inexplicable. No puedo negar que ver a mis sobrinos con una sonrisa en la cara me hace sentir muy feliz y plena. Aunque no los vea seguido, es inimaginable la felicidad que se siente cuando ves unos brazos abrirse y se oye gritar ‘llegó mi tía’ mientras se acercan corriendo a tu encuentro. Amor incondicional le dicen.

Como tías, nos encargamos de presumir a nuestros sobrinos por redes sociales e incluso nos vemos más atractivas. Tenemos muchas fotos de ellos en nuestros teléfonos, los consentimos y hasta los malcriamos un poco. Nuestros sobrinos nos ven como las mejores tías del universo. Esas tías que les compran helados, dulces y los llevan al parque, somos como sus heroínas sin capa. Somos sus tías favoritas.

 

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