Más de cuatro décadas de espera: madre “mudita” y su hija se reencuentran en Chota, Perú luego de 42 años

“La mudita de chota”, una madre que fue separada de su hija cuando tan solo tenía 8 meses de vida se reencuentra con su hija luego de 40 años.

Luego de más de cuatro décadas de espera, un reencuentro lleno de emociones marcó la historia reciente de la ciudad de Chota, en Cajamarca, Perú. Hermila, conocida en la región como la “Mudita de Chota” debido a su incapacidad para hablar, finalmente pudo abrazar a su hija Cristina, a quien había dado a luz 42 años atrás, solo para ser separada de ella de manera cruel e injusta por las circunstancias de la vida.

El reencuentro ocurrió en el caserío Cabracancha, un pequeño rincón de Chota donde Hermila había vivido todos estos años sin olvidar a su hija. La separación se produjo cuando, después de dar a luz, las autoridades del Hospital de Chota entregaron a la bebé en adopción, alegando que la situación económica y las condiciones físicas de Hermila no le permitirían criarla adecuadamente. Así comenzó una historia de dolor y esperanza que perduró por más de cuatro décadas, durante las cuales Hermila mantuvo la fe de que algún día volvería a ver a su hija.

El punto de giro en esta historia tan esperada llegó cuando Cristina, al realizar una mudanza, descubrió su partida de nacimiento, un documento que había permanecido en el olvido. Al compartirlo con un amigo de Chota, el contacto con Hermila fue posible. Este simple gesto de reencuentro desató una cadena de emociones y sentimientos que se materializaron en ese abrazo tan esperado.

Al encontrarse, madre e hija se comunicaron a través de miradas y señas, dado que Hermila nunca pudo hablar. El vínculo que compartían, aunque roto por el tiempo y las circunstancias, fue tan fuerte que la conexión fue instantánea. La emoción fue indescriptible, y ese abrazo, cargado de lágrimas y sonrisas, selló la promesa de que el amor de una madre nunca muere, incluso después de 42 años.

El reencuentro no solo incluyó a Hermila y Cristina, sino que también estuvo marcado por la presencia de Alexandra, la nieta de Hermila, quien fue presentada por Cristina. Esta tercera generación representó un simbolismo aún más grande para la familia, que finalmente pudo ver cómo el lazo materno perdurar a lo largo del tiempo.

Este emotivo reencuentro fue compartido ampliamente en redes sociales, donde miles de usuarios se unieron a la emoción de Hermila y Cristina. La historia no solo tocó el corazón de los habitantes de Chota, sino que se convirtió en un símbolo de la fuerza del amor incondicional. En un mundo donde las distancias y las barreras del tiempo pueden separar a los seres queridos, el reencuentro de Hermila con su hija es un recordatorio de que la esperanza y el amor siempre tienen un camino de regreso.

Este abrazo, que durante tanto tiempo pareció imposible, finalmente ocurrió, cerrando un capítulo que había estado marcado por la ausencia de la madre e hija que vieron como una oportunidad de amor por la madre.