Conoce los motivos por los cuales tu ruptura amorosa no te ha afectado
Algunas personas viven la etapa de duelo durante la propia relación.
Algunas personas viven la etapa de duelo durante la propia relación.
Si cuando llega el momento de decir adiós a la persona con la que has mantenido un vínculo sentimental, de meses, años o décadas, y tú apenas te notas un poco afectada, es momento de saber por qué.
Mucho se habla acerca de las rupturas de pareja, desde las formas más recomendadas de llevarlas a cabo, hasta cuándo es hora, y sobre todo, cómo sobreponerse a ellas una vez que suceden. Sin embargo, el duelo por una relación sentimental no siempre tiene lugar cuando esta separación se formaliza.
En muchas ocasiones, el duelo se produce durante la propia relación. Esa es la razón por la que las personas que atraviesan por esta dura experiencia se encuentran “tan enteras” al llegar el fin de la relación. Es decir, ya atravesaron las distintas fases del duelo por la ruptura de pareja mientras seguían con esa persona.
El duelo por una ruptura, así como las distintas etapas que experimentarán puede variar en gran medida dependiendo de la naturaleza de dicha relación y la manera en la que haya terminado. Los psicólogos afirman que existen una serie de fases más o menos comunes que suelen tener que afrontar.
La primera de ellas es la de incredulidad, ese shock inicial que a menudo se acompaña por la negación. Las sensaciones suelen tomar uno de estos dos caminos: el de la insensibilidad y el de tristeza.
Luego de ello, viene una serie de emociones: miedo, sobre todo al futuro incierto. Angustia, que puede generar ansiedad e incluso culpa.
Cuando todas las fases más intensas han sido superadas, viene el momento de la nostalgia. No se relaciona directamente con la persona sino con el hecho en sí de lo que implica una relación de pareja. Esto da paso a un período de serenidad y tranquilidad, que acabará por convertirse en la aceptación plena. Es decir, la superación de la ruptura, cuyo recuerdo ya no producirá sentimientos profundos como la tristeza o el dolor.