Por: Amelia Supo • Whatthegirl.com

Teoría triangular del amor: ¿es lo que toda relación necesita?

Se dice que hay tres elementos claves para el éxito en una relación sentimental. Conoce aquí cuáles son.

¿Qué es la Teoría triangular del amor?. Foto: Freepik
¿Qué es la Teoría triangular del amor?. Foto: Freepik

Se dice que hay tres elementos claves para el éxito en una relación sentimental. Conoce aquí cuáles son.

Según el psicólogo Robert Sternberg, la Teoría triangular del amor sugiere que hay tres elementos claves para el éxito de una relación sentimental, y es que todos nos hemos preguntado alguna vez si existe la fórmula de la relación perfecta.

No hay que confundirla con el más conocido “triángulo amoroso”. La Teoría triangular del amor define los tres pilares que dan lugar a una relación amorosa equilibrada: compromiso, intimidad y pasión.

Los tres elementos de la Teoría triangular del amor:

Como dice Sternberg, para formar un amor ideal una pareja debe tener tres cosas entre ellos:

  • Compromiso: hace referencia al compromiso de una persona de mantener su amor por otra.
  • Pasión: se refiere al romanticismo, la atracción física, las emociones que impulsan el sexo y el deseo.
  • Intimidad: se refiere a sentimientos de cercanía y conexión con la otra persona, más que intimidad sexual.

La teoría de Sternberg también detalla los distintos tipos de amor que pueden darse cuando los tres elementos triangulares están desequilibrados. El “amor enamorado” se da cuando hay pasión, pero no intimidad ni compromiso. El “amor vacío” es compromiso sin intimidad ni pasión y el “amor romántico” es apasionado e íntimo, pero sin compromiso. El “amor de compañía” en el que hay intimidad y compromiso, pero no hay pasión, y el “amor fatuo” que tiene pasión y compromiso, pero sin intimidad.

¿Y si falta algo en la relación?

El experto subraya que nuestras experiencias vividas no siempre se ajustan exactamente a una fórmula específica, y etiquetar nuestras relaciones como “fatuas” o “de compañerismo” no siempre termina siendo útil.

“Creo que hay que vigilar, y que hay que devolver esos componentes a una especie de equilibrio; si empiezan a marchitarse, hay que volver a darles vida” añade el experto, “pero vigilar es lo importante, en lugar de sentir que tienen que estar siempre al mismo nivel”.