Los hombres se vuelven valientes cuando los observan mujeres atractivas

Cuando nos interesamos en alguien, no dudamos en hacer de todo con el objetivo de causar una buena impresión en ese chico que nos interesa. Pues lo mismo sucede cuando a ellos les interesa una chica, se vuelven esos caballeros de brillante armadura que no se asustan con nada y que pueden protegernos a toda costa.

A medida que vamos conociendo a nuestro compañero, nos damos cuenta de que tienen mucho más miedo que nosotras a, por ejemplo, películas de terror. Es por ello que un estudio realizado por Dina Dosmukhambetova y Antony Manstead, intenta explicar “el comportamiento facial de los hombres para aumentar su atractivo hacia las mujeres en entornos de miedo (películas de terror) y de ternura (vídeos de niños pequeños)”.

El artículo denominado “Fear Attenuated and Affection Augmented: Male Self-Presentation in a Romantic Context”, pudo determinar que los hombres con restricciones no saben controlar el miedo a diferencia de que los que no tienen restricciones, es decir, el patrón de los hombres por demostrar heroísmo cuando se encuentran en un contexto romántico.

Para llegar a esos resultados, los investigadores contaron con la participación de 62 participantes masculinos, con una edad media de 22,37 años y siendo un 47% de ellos solteros.

A ellos, se les mostró 6 fotografías de mujeres (3 de ellas atractivas y 3 no tan atractivas), las cuales deberían ser puntuadas en una escala del 1 (menos atractiva) al 11 (más atractiva). Luego, se prepararon 3 películas de las cuales se extrajo un fragmento para que sea observada por los participantes. Posteriormente, las escenas fueron presentadas a los voluntarios y sus emociones fueron medidas en una escala de 9 puntos (sentí mucha emoción), partiendo de 0 (no sentí emoción).

A su vez, se hicieron experimentos con una experimentadora para medir las emociones de los participantes frente a una fémina. Al inicio del estudio la experimentadora se presentó sin maquillaje y con ropa poco atractiva, para no alterar los resultados de la investigación. La experimentadora dejó a los participantes con la asistente de investigación y les dio libertad de hacerle preguntas mientras observaban los fragmentos de las películas antes mencionadas.

Más tarde, los participantes debían llevar un cuestionario sobre las emociones que les produjo cada fragmento, y estos resultados fueron comparados con las emociones que tuvieron cuando vieron solos las escenas de las películas.

“La investigación muestra que las personas a veces se ven afectadas en cómo se comportan al saber que alguien las está observando”, según se puede leer en el informe, por lo tanto, los hombres que encontraban atractiva a la asistente fruncieron el ceño menos veces que los que no la veían de esa forma.

En otras palabras, los hombres bajo determinadas circunstancias, en este caso el atractivo de la asistente, varían sistemáticamente sus emociones: fruncen el ceño menos en películas de terror y sonríen más en películas de bebés.