Comer pasteles y helados te vuelve una mujer amargada, según estudio

Muchas veces hemos escuchado que cuando una persona está triste debe comer un poco de helado o una rebanada de pastel para mejorar su estado de ánimo, pero de acuerdo a unos recientes estudios han demostrado que eso es falso, pues comer estos deliciosos postres solo te pone de mal humor. 

Antes de empezar a explicarles las razones deben saber que la glucosa es muy importante para el buen metabolismo, casi la mayoría de alimentos que consumimos se terminan por convertir en esto en nuestro organismo y por el cual se van liberando una de las principales fuentes de energías de las células: el trifosfato de adenosina. 

Sin embargo, esto no se debe confundir con el azúcar artificial que contienen justamente estos postres ya mencionados, pues de acuerdo a los especialistas, indican que muchas personas que consumen este tipo de azúcar creen que es mucho mejor para su organismo. 

La investigación que fue publicada en Neuroscience & Biobehavioral Reviews, desmiente que los postres como el helado y los pasteles logran hacerte más feliz, pues lo cierto es que después de consumirlos, las personas empiezan a experimentar síntomas de desconcentración.

Además indicaron que después de media hora de la ingesta la persona empieza a tener síntomas de fatiga, en otras palabras el consumo de helado y pasteles causa el mal humor en las personas. Los investigadores quisieron corroborar de que su estudio sea cierto, así que hicieron pruebas con personas que se encontraban en un estado de tristeza y les dieron de probar estos postres.

Efectivamente, los expertos comprobaron que estos dulces sí influyen mucho en el estado de ánimo de las personas, tal vez ahora podamos entender por que razón muchos de nosotros nos la pasamos renegando. Por otro lado, el consumo excesivo de postres dulces puede provocar el sobrepeso, así que debes tener cuidado si no quieres subir de peso. 

Las personas encargadas de este estudio proceden de tres departamentos de psicología de diferentes universidades europeas, Konstantinos Mantantzis en la Universidad Humboldt en Berlín; Sandra Sünram-Lea de la Universidad de Lancaster, Friederike Schlaghecken y Elizabeth Maylor, ambas del Departamento de Psicología de la Universidad de Warwick.