¿Por qué amamos y engañamos?
La pregunta del millón: ¿Por qué amamos y engañamos? La renombrada antropóloga estadounidense, Helen Fisher, tiene la respuesta. ¡No te lo pierdas!
La pregunta del millón: ¿Por qué amamos y engañamos? La renombrada antropóloga estadounidense, Helen Fisher, tiene la respuesta. ¡No te lo pierdas!
La pregunta del millón es: ¿Cuál es la razón por la que uno ama, así como cuál es la razón por la que uno engaña? Por si no lo sabías, en la actualidad, el amor ha sido uno de los comportamientos más estudiados y, aun así, aunque no lo creas, no significa que se haya comprendido del todo.
¿Sabes quién respondió a esta pregunta? Una famosa antropóloga estadounidense. Ella es Helen Fisher, investigadora del comportamiento humano, quien desarrolló una serie de estudios que buscan explicar el sentimiento amoroso. Entonces, ¿por qué amamos y por qué engañamos?
Helen Fisher habla del porqué amamos y engañamos
- En su libro ‘La ciencia del amor’ Helen Fisher habla de la magia del amor y de cómo los tres impulsos básicos: el sexual, el amor romántico y apego, están relacionados con el cerebro. Según sus estudios, explica que el impulso del amor está profundamente imbricado en el cerebro humano. Y, concluyó que el amor es una necesidad fisiológica, un instinto animal y el resultado de un flujo químico en el cerebro.
- ¿Sabías que el chocolate y el amor tienen algo en común? Según Helen Fisher, el chocolate contiene una sustancia que opera químicamente de manera similar a la dopamina, que viene asociada siempre al amor romántico. Pero, señaló que, por sí solo, no es capaz de encender el amor romántico.
- Helen Fisher explicó que el amor romántico es extremadamente poderoso. En ese sentido, cuanta más capacidad de amor tiene una persona, más sufre. Por esa razón, cuando a alguien lo rechazan, es más fácil caer en una depresión clínica e incluso contemplar el suicidio.
- Lo cierto es que una ama por tantas razones diferentes. Pero ¿es posible amar a dos personas a la vez? Según Helen Fisher, es posible sentir un profundo apego por una pareja de tiempo, y a la vez estar locamente apasionado por un amor romántico hacia otra persona distinta, así como sentirse atraído sexualmente por otros individuos. Según explicó, es imposible sentirse locamente apasionado por un amor romántico a más de una persona al mismo tiempo.
“Somos capaces de amar a más de una persona al mismo tiempo”.
- Según sus estudios, Fisher descubrió que los hombres se guían fundamentalmente por la vista, porque durante millones de años medían a sus parejas en términos de juventud, salud y fertilidad. En cambio, las mujeres necesitaban calibrar las habilidades de su pareja para proveer y proteger. Para ellas, las palabras son la intimidad.
“En las personas enamoradas se activa una zona del cerebro denominada área tegmental ventral que está más allá del pensamiento y las emociones y se asocia con el deseo, la motivación y el ansia”.
- En el caso de los hombres, ellos se enamoran antes porque se basan en el factor visual. Y las mujeres tienden más a perder cuando eligen a un compañero, por esa razón tienen que ser más cuidadosas a la hora de escoger.
- El amor a primera vista, si existe y procede de un instinto natural. Según Helen Fisher, los animales no disponen el mismo tiempo que una persona para tener una pareja. En ese sentido, son los seres humanos quienes han heredado el impulso de la atracción inmediata.
“De todos los datos sobre engañar que he analizado, el hecho más importante con el que me he encontrado es que el 54% de los hombres y el 34% de las mujeres viven en un matrimonio muy feliz, pero a la vez engañan. ¿Por qué?”
- Según Helen Fisher, la respuesta es la evolución. La doctora explica cómo la necesidad de expandir el ADN y de asegurar una descendencia, lleva a los varones a emparejarse con más de una mujer y procrear. Un comportamiento que se mantiene hasta hoy en día.
“Somos un animal hecho para reproducirse”.
- Otro elemento, según menciona Helen Fisher, que motiva la infidelidad es el genético, relacionado con la vasopresina. Es decir, los hombres con dos copias del alelo 334, el gen que gestiona esta hormona, los lazos con sus parejas son más volubles.