Los secadores de mano representan un grave peligro para tu salud

Sé que cada vez que vamos a un centro comercial, al cine, a un restaurante o a algún lugar público y queremos ir al baño, no desperdiciamos papel para secarnos las manos.

Nosotras usamos el secador de manos. Este aparato parece que nos ayudará a que no gastemos papel higiénico ni craft para quitar el agua, ya que con solo aire tibio logrará su propósito.

Sin embargo, muchos estudios científicos han visto esto como algo no saludable. Seguro te estarás preguntando por qué, pues esto es un nido de bacterias que a la larga perjudicarán a tu salud.

Sabemos que lavarnos las manos es algo que nos han enseñado desde pequeñas y que mantenernos higiénicas es parte esencial. Lo más importante es el lavado de manos.

Como te comenté líneas arriba, los baños públicos son los que suelen tener los secadores de mano. Además, funciona como una manera de cuidar el planeta ya que no estamos desechando papel a cada rato.

Pero todo lo que conocías de esto, puede cambiar con lo que te voy a decir. Investigadores han hecho un estudio y han llegado a la conclusión de que esto puede ser perjudicial para ti.

Varios especialistas de Italia, Reino Unido y Francia, se han juntado han denominado a los secadores de mano como unos “cañones de bacterias”, según los explican.

Ellos aseguran que si bien tu mano está limpia después de lavarte con agua y jabón, al momento de utilizar ese artefacto, disparan bacterias y gérmenes por el ambiente.

Otro de los problemas que ocurre también es cuando no se lavan bien las manos y al ponerlas debajo de este aire tibio, las bacterias salen disparadas por todo el lugar.

En su estudio también explican que estos secadores de baño son aerosoles que contaminan más el baño que de por sí ya es un ambiente ligado a los gérmenes.

Nadie dice que no te laves las manos pero es preferible que sequen al ambiente o que sea con papel, porque si llegan a ingresar a tu cuerpo, estas bacterias son resistentes a algunos antibióticos.

Así que es mejor cuidarse. Más vale prevenir que lamentar.