Ana Frank y el regalo de cumpleaños que se convertiría en una pieza histórica

El 12 de junio de 1929, nació Annelies Marie Frank o mejor conocida por el mundo como Ana Frank, la niña que marcó la historia gracias a sus relatos y escritos en su diario íntimo de cómo vivió escondida durante dos años cuando los nazis invadieron Holanda durante la Segunda Guerra Mundial.

En pleno 2020, la pequeña Ana no ha sido olvidada e internet recuerda su natalicio, pues de no haber perecido aquel marzo de 1945, la famosa escritora habría cumplido 91 años. Y aunque no vivió para ver uno de sus sueños cumplidos, su obra ha quedado como testimonio de los millones de personas que perdieron la vida traes caer en los campos de exterminio nazi.

Como recordamos, los Frank vivieron en Alemania hasta 1933, año en el que comenzó la persecución nazi, por lo que Otto, patriarca de la familia, decidió mudarse junto a su esposa e hijas a Ámsterdam, donde fundó una empresa y rápidamente hicieron de Holanda su hogar.

Margot y Ana Frank eran dos adolescentes que vivían sus vidas como cualquier otra chica de esa edad, sin preocupaciones, conociendo nuevos amigos e incluso con varios pretendientes.

La historia del famoso cuaderno comenzó cuando a pocos días de celebrar el cumpleaños número 13 de Ana, ella le mostró a su padre un cuaderno forrado en tela cuadrillé en tonos rojos, con una pequeña cerradura en el frente, que lucía en una vitrina. Su padre, porque amaba a sus hijas, se lo dio como regalo el 12 de junio de 1942, sin imaginar que luego, los escritos de su pequeña, se volverían famosos en el mundo.

Fue allí donde Ana escribió todo lo que pasaba por su cabeza antes y durante el encierro en “la casa de atrás” como ella llamaba al espacio contiguo de la fábrica de su padre, donde vivieron escondidos desde el 9 de julio de 1942 hasta el 4 de agosto de 1944, fecha en la que los alemanes descubrieron tal escondite y se llevaron a los ocho integrantes (incluyendo a la familia Van Pels y el odontólogo Fritz Pfeffer) a los campos de concentración.

Ana murió en el campo Bergen-Belsen en marzo de 1945, víctima del tifus, a los pocos días de que muriera su hermana Margot, sin saber que su padre seguía con vida y sin la oportunidad de convertirse en una famosa escritora.

Hoy en día, la casa donde se ocultaron en Prinsengracht 263, es un famoso museo dedicado a diaristas de guerra y es muy visitado por personas de todo el mundo, incluso, se ofrecen recorridos virtuales gratuitos.