Ignorar a las personas nos ayuda a ser felices, según la ciencia

Aprender a ignorar a personas que no suman en nuestra vida no solo trae felicidad, sino también una buena salud mental.

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Aprender a ignorar a personas que no suman en nuestra vida no solo trae felicidad, sino también una buena salud mental.

Muchas veces y casi sin darnos cuenta nos rodeamos de personas que no suman nada en nuestra vida. Sus actitudes llegan solo para desequilibrarnos emocionalmente y nos manejan tal cual ellos quieren.

Estar pegadas a estas personas nos impide realizarnos y bloquean nuestra motivación. Así pues, estamos pendientes de lo que los demás piensan de nosotras y no nos desarrollamos como queremos por temor a la desaprobación del grupo.

Aunque muchas veces hemos intentado romper con esa toxicidad de nuestro entorno, no hemos encontrado el camino correcto para lograrlo. Sin embargo, existe una parábola buda que te enseña que a veces es bueno ignorar a las personas para alcanzar la felicidad.

La parábola consiste en lo siguiente:

Se cuenta que hace mucho tiempo, un hombre se acercó a Buda y, sin decir palabra alguna, le escupió en la cara, haciendo que sus discípulos se enfurecieran.

Ananda, el discípulo más cercano, le pidió a Buda:

- ¡Dame permiso para darle su merecido a ese hombre!

Buda, con la serenidad en el alma, se limpió la cara y le dijo a Ananda:

- No, yo habalré con él.

Entonces el maestro, uniendo las palmas de sus manos, hizo una reverencia y le dijo al hombre:

- Gracias. Con tu gesto me has permitido comprobar que la ira me ha abandonado, por lo que te estoy tremendamente agradecido. Tu gesto también ha demostrado que a Ananda y los demás discípulos todavía tienen ira en su interior. ¡Muchas gracias! ¡Te estamos muy agradecido!

El hombre no entendía lo que estaba sucediendo, pero se sintió conmocionado y muy apenado.

Con esta parábola podemos entender que no solamente debemos ignorar las actitudes negativas de los demás, sino también no tomarnos en serio los elogios y adulaciones, pues, mantenernos distantes de los buenos comentarios sería la mejor opción para controla nuestro ego.

Por otro lado, es importante conocer qué nos está haciendo daño para así tomar conciencia y evitar que esto siga calando en nuestro interior.

Evitar que las decisiones de los demás influyan en las nuestras puede ser un primer paso. Cada uno es como es y no debemos darle mucha validez a lo que diga el resto, pues es probable que te equivoques como que ellos lo hagan. Recuerda que es importante respetar lo que tú creas importante para ti, si al resto no le gusta, pues aprenderán a vivir con eso.

Muchas de estas personas creen que son expertos en la vida de los demás. Esto solo causa frustraciones e inseguridades, consciente o inconscientemente. Procura ignorar estas actitudes y desenvuélvete cómo quieres y no prestes atención a comparaciones absurdas. No existe persona más insignificante que aquella que usa sus logros para menospreciar a los demás.

Finalmente, presta mucha atención si la persona que dice ayudarte, en realidad lo está haciendo. Si predominan sus intereses personales es hora de ponerle un alto. La armonía y el equilibrio es la base de la felicidad.