Conoce estos datos para retardar el envejecimiento
Nuevo hallazgo de Stanford demuestra que el envejecimiento empieza a los 34 años, subrayando la importancia de hábitos saludables desde una edad temprana.
Nuevo hallazgo de Stanford demuestra que el envejecimiento empieza a los 34 años, subrayando la importancia de hábitos saludables desde una edad temprana.
Un reciente estudio de la Universidad de Stanford revela que el proceso de envejecimiento comienza oficialmente a los 34 años, aunque sus efectos pueden aparecer desde los 18. Este descubrimiento enfatiza la importancia de adoptar hábitos saludables desde temprana edad para mitigar los efectos en la piel y en el organismo de manera general.
Al respecto, el doctor Felipe Buendía, especialista en antienvejecimiento, enfatiza la relevancia de mantener una alimentación balanceada, limitando el consumo de carbohidratos y evitando alimentos ultraprocesados, conocidos por sus efectos nocivos. Además, sugiere realizar ejercicio moderado de manera diaria para combatir el estrés oxidativo, una causa común del envejecimiento prematuro.
Para mantener una mente y cuerpo saludables, recomienda dedicar tiempo a actividades recreativas y comenzar a realizar experiencias innovadoras, lo cual puede combatir la falta de motivación asociada con el envejecimiento. A nivel facial, propone opciones como la toxina botulínica para prevenir líneas de expresión, y la limpieza facial aplicada de manera regular para eliminar impurezas y revitalizar la piel.
Otro punto clave dentro de su enfoque es el estímulo del colágeno, que se apoya en bioestimuladores o calor para mejorar la elasticidad y calidad de la piel. También recomienda realizarse una exfoliación periódica para cerrar los poros. Por último, pero no menos importante, el doctor propone mantener una rutina de cuidado diario que incluya limpiador, antioxidante, hidratante y protector solar.
Respecto a intervenciones más avanzadas, el doctor Buendía aplica la técnica Diamond en la Clínica Besens, donde se emplea ácido hialurónico para rejuvenecer el rostro de manera natural y equilibrada, minimizando los signos visibles del envejecimiento.
Todos estos hábitos no solo promueven una apariencia más joven y saludable, también contribuyen a un envejecimiento más digno y activo, demostrando que cuidar tanto el cuerpo como la mente puede establecer una diferencia abismal en la forma en que envejecemos.