Hambre emocional: ¿Qué es y cómo se supera?

Es probable que alguna vez hayas tenido atracones de comida para sentirte mejor, a esto se le conoce como hambre emocional y ocurre por motivos completamente diferentes a tener hambre físico.

Consiste en intentar resolver los estados de ánimo que nos resultan difíciles de gestionar, a través de la comida. Esta situación, además de indicarnos un posible problema de estrés, también puede traernos complicaciones en la salud física.

Según especialistas, el hambre emocional se produce en una persona cuando come por motivos diferentes a tener hambre física. Normalmente es para contrarrestar un vacío emocional, para sentirte mejor, para liberar estrés o, de alguna manera, para compensarte emocionalmente. Generalmente cuando esto ocurre, lo que el cuerpo nos suele pedir comida basura, alcohol y cosas dulces.

Esta sensación puede aparecernos cuando tenemos picos altos de trabajo, cuando estamos nerviosos por algún motivo o incluso cuando atravesamos algún desajuste hormonal. Y si en esos momentos, nuestra única vía de escape son los atracones de comida para saciarnos, esto puede convertirse en un problema para nuestra salud.

¿Cómo se distingue el hambre emocional del hambre real?

El hambre real aparece de manera gradual, es decir, en relación a las reservas energéticas y nutricionales del organismo y se siente una sensación de saciedad una vez ingerida una cantidad de comida suficiente para nuestro organismo. El hambre emocional puede aparecer repentinamente, incluso después de sentirnos ya saciados por haber comido previamente.

¿Qué hacer para superar el hambre emocional?

Para combatir este tipo de problemas es necesario tratarlos a nivel emocional, ya que lo que se busca es intentar liberar el estrés de una manera que no sea con la comida. Debes pensar en cual es el vacío que tienes a nivel emocional que te lleva al atracón y frente a ello es conveniente adoptar ciertas tareas que nos ayuden a liberar el estrés. Algunas de ellas pueden ser hacer ejercicio, leer un libro, dar un paseo o intentar aguantar esas ganas de comer.