Holanda: conceden eutanasia a mujer que fue violada

La menor de 17 años Noa Pothoven fue víctima de abuso sexual a los 11, 12 y 14 años. Médicos de Holanda le otrogaron la eutanasia porque ella no podía soportar tanto sufrimiento.

Whatthegirl.com
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La menor de 17 años Noa Pothoven fue víctima de abuso sexual a los 11, 12 y 14 años. Médicos de Holanda le otrogaron la eutanasia porque ella no podía soportar tanto sufrimiento.

Hablar de eutanasia se ha vuelto tan controversial como el aborto. Aunque no lo creamos, tocar estos temas son bastante delicados y cada vez que se toca, hay personas que están tanto en contra como a favor de esta práctica. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que todo tiene un lado bonito y feo.

Lo que pasó en Holanda el día martes 04 de junio, ha conmocionado a todo el país y el mundo ya que hasta hoy no podemos entender cómo es que las autoridades no se ponen las pilas para acabar con la violencia contra la mujer. Es difícil que nosotras nos sintamos seguras porque ya todo es agresión.

La menor de 17 años Noa Pothoven quedó muy mal después de haber sido violada durante su niñez. Sufrió de anorexia, depresión y problemas mentales porque no podía superar esos malos momentos que pasó cuando todavía iba al colegio. La chica falleció en su casa, en el estado de Arnhem en Holanda.

Fue víctima de abuso sexual a los 11 y 12 años, y la ultrajaron a los 14 años. Después de pasar todo eso, pidió la eutanasia porque ya no podía aguantar tanto dolor. Hasta el momento no se sabe si asistía al psicólogo o recibió algún tipo de ayuda médica, solo dejó este mensaje en sus redes sociales:

“Seré directa: en el plazo de 10 días habré muerto. Estoy exhausta tras años de lucha y he dejado de comer y beber. Después de muchas discusiones y análisis de mi situación, se ha decidido dejarme ir porque mi dolor es insoportable”.

Debes saber que en Holanda es legal la eutanasia desde el 2002 y los niños, a partir de los 2 años, están en todo el derecho de tenerla si es que sufren de alguna enfermedad terminal o padecimientos incurables. Obviamente que necesitan del permiso de sus padre, sin embargo, a partir de los 16, pueden hacerlo por su cuenta.

Noa también dejó en claro que estaba en este mundo porque sí, pero después del o que pasó, su vida ya no tenía sentido y no había nada que le hiciera cambiar de opinión: "No vivo desde hace mucho tiempo, sobrevivo, y ni siquiera eso. El amor es dejar marchar. En este caso, así es”.

A Pothoven le gustaba escribir mucho, también las mascotas y tenía una familia que la amaba: sus padres y una hermana, pero nada podía hacerla sentir bien. La primera violación la sufrió a los 11 años como te dije líneas arriba y fue en una fiesta escolar.

Logró superar ese momento. Tenía buenas notas, era una alumna ejemplar, asistía a los eventos del colegio, participaba, formaba clubs de lectura y cosas que la hacían renacer. No obstante, años después le pasó lo mismo. Al cumplir 14 años, dos hombres abusaron de ella en un callejón de su ciudad.

Noa denunció por miedo, pero su mamá, Lissette, le dijo que tenía que hacerlo para que se haga justicia. Cuando hicieron la reconstrucción de los hechos, fue demasiado para Noa, pero era necesario. Su vida ya no volvió a ser la misma. Sufría de anorexia y su vida solo era de entrada y salida de hospitales.

Al ingresar al centro de salud, los médicos se dieron cuenta que tenía también un problema emocional así que la internaron a la fuerza para que 'mejorara' y la dopaban por si es que trataba de escapar o de hacerse daño: “Nunca, nunca más volveré a un sitio así. Es inhumano”, dijo la joven.

Cuando salió de ese lugar, la anorexia empeoró y su familia estuvo alrededor de seis meses buscando un lugar donde puedan tratarla y se quejó con el Estado de Holanda porque no había centros para personas que tuvieran la misma enfermedad que su hija. Acabó en un hospital y le pusieron una banda nasogástrica.

Su caso llegó a lo medios de comunicación y eso dio pie a que lanzara su primer y único libro, "Ganar o aprender", en el 2018. Leer toda su historia ha sido muy crudo. La madre de la adolescente dijo que esta obra tenía que ser leída por todos los jueces, médicos, gobernadores y más para que se den cuenta de lo que no están haciendo.

Noa escribió una serie de cosas que le gustaría hacer: ir en moto, fumar un cigarrillo, beber alcohol, pedir un tatuaje y comer una chocolatina, sin embargo, no puede hacer nada de eso ya que la anorexia y la banda que tiene no se lo permite. Al mismo tiempo, se comunicó por teléfono con la Clínica para Morir (Levenseindekliniek), sin que su familia supiera.

Este centro holandés se encarga de practicar la eutanasia desde el 2013 y a pesar de tener licencia, aquí no se va con prescripción médica, ¿por qué? Porque asisten personas con problemas mentales así que es más difícil que un especialista puede dar la orden o aprobar que necesita este procedimiento. 

Al principio no aceptaron el pedido de Noa, sin embargo, no se sabe si finalmente fueron ellos los que lo hicieron. Así que finalmente escribió lo siguiente:

"Estuve deliberando por un tiempo si debería o no compartir esto, pero decidí hacerlo de todos modos. Tal vez esto sea una sorpresa para algunos, dado mis publicaciones sobre hospitalización, pero mi plan no es impulsivo. Tras años de luchar y pelear, estoy agotada. He dejado de comer y beber por un tiempo y, después de muchas discusiones y evaluaciones, decidí dejarme ir porque mi sufrimiento es insoportable".