Qué significa estar en una relación kármica

Cuando iniciamos una relación amorosa, muy pocas veces nos hemos puesto a pensar en si ese chico será nuestro karma por algún acto erróneo que hayamos cometido en el pasado, pues al inicio, todo es color de rosa, sin embargo, con el tiempo, los problemas y los malos ratos aparecen para hacernos creer que estamos pagando algo.

A pesar de ello, muy pocas veces nos alejamos de ese tormento y decidimos seguir con la relación guardando la esperanza de que las cosas cambien sin imaginar que todo se convertirá en tóxico y no nos dejará avanzar en ningún aspecto de nuestra vida, pero, una vez que esto se termina, nos llena de enseñanzas y aprendizaje.

A esto, se le conoce como relaciones kármicas, esas en las que ambas personas sienten un sinfín de emociones y deseos como si fueran del pasado, como si se conocieran de toda la vida y la conexión entre ustedes es casi inmediata.

Una relación kármica aumenta el deseo y la aspiración espiritual por la otra persona, llevando al vínculo sentimiento a otro nivel, sin embargo, esto solo es la representación de que, en vidas pasadas, dejaron algo pendiente y ahora es cuando deberán resolverlo. A esto se le conoce como deuda kármica y es la razón por la que se volvieron a encontrar en esta realidad.

¿Qué tipos de relación kármica existen?

Las relaciones kármicas varían de acuerdo a lo que la pareja puede llegar a sentir y los temas que dejaron pendientes en el pasado. Así que te dejamos los más comunes, qué se siente en una situación así y por qué suceden.

Relación kármica desde el ego kármico

Estas relaciones son fáciles de reconocer ya que los involucrados suelen tener una atracción físico-mental muy rápido, sin embargo, así como llega rápido a nuestra vida también se va. Estas relaciones nos dejan mucho aprendizaje y suelen dejar heridas que sanan muy rápido, por lo que no es de la que nos hunde en el abismo.

Relación kármica desde la ley del espejo

La ley del espejo es aquella que pone en manifiesto que atraemos lo que somos y lo que debemos resolver en nosotras. Es decir, conectamos desde nuestras carencias y defectos propios, por lo que estas relaciones son más de ayuda para evolucionar y así entender que lo que buscamos en otros, ya lo hemos integrado en nosotras.

Relación kármica de otra vida

Este tipo de relaciones son las que se conoces como relaciones de reencarnación y son aquellas que solo puede sentir nuestra alma, nuestro interior, pues al ser una vida anterior, la conexión es prácticamente inmediata y da la sensación de que se conocen de otro lugar.

Estas relaciones, además, son las que más aprendizaje te dejan, ya que nos ayudan a evolucionar de forma tal que nos lleva a transitar eso que vinimos a vivir en esta vida. También son aquellas que duran para siempre pues, aunque el lazo se rompa y las cosas no se hayan solucionado, se volverán a encontrar en sus demás vidas.

Y tú, ¿estás viviendo una relación kármica?