¿Cómo usar el hielo para reducir la ansiedad y el estrés?
Conoce cómo obtener los beneficios calmantes y disfrutar de una mente más tranquila gracias al hielo.
Conoce cómo obtener los beneficios calmantes y disfrutar de una mente más tranquila gracias al hielo.
Hay millones de personas con trastorno de ansiedad que saben lo terribles que pueden ser los síntomas, tanto físicos como mentales. Problemas como los dolores de cabeza debilitantes, la falta de aliento o los pensamientos obsesivos hacen que realizar las tareas diarias parezca una labor imposible.
Para las personas que no tienen trastorno de ansiedad, algunos momentos de gran estrés, ya sea por trabajo o por motivos financieros, también pueden provocar los mismos síntomas y sentimientos.
El reducir la ansiedad y el estrés es crucial para mantener una buena salud mental y emocional en nuestra vida diaria. Una técnica simple pero efectiva para alcanzar ese estado de calma es utilizar el hielo.
De acuerdo con la psiquiatra nutricional Uma Naidoo y autora del libro “This Is Your Brain on Food”, el uso de hielo puede ayudar a controlar la ansiedad. La terapia de frío puede tener un impacto positivo en nuestro sistema nervioso, ayudando a disminuir la activación del sistema nervioso, responsable de las respuestas de lucha o huidas asociadas con la ansiedad y el estrés.
Conoce cómo emplear el hielo de manera adecuada para obtener estos beneficios y disfrutar de una mente más tranquila:
- Terapia con hielo en la cara:
Una de las formas más sencillas de utilizar el hielo es aplicándolo en la cara. Toma una bolsa de hielo o una bolsa de plástico con cubitos de hielo y envuélvela en una toalla o paño frío para evitar el contacto directo con la piel. Luego colócala sobre la frente, las mejillas y la mandíbula durante aproximadamente 1 a 2 minutos.
La sensación de frío ayudará a reducir la tensión muscular en el rostro y a aliviar la presión que puede acumularse durante momentos de estrés.
- Baño de hielo:
Si cuentas con una bañera, considera un baño de hielo. Llena la bañera con agua fría y añade cubitos de hielo para enfriarla aún más. Sumérgete en el agua durante unos minutos, enfocándote en las sensaciones que el frío provoca en tu cuerpo y controlando tu respiración. El baño de hielo puede ser una experiencia vigorizante que ayude a disminuir el estrés y proporcionar un alivio temporal de la ansiedad.
- Sumergir las manos en agua fría:
Llena un recipiente grande con agua fría y añade algunos cubitos de hielo. Luego, introduce tus manos en el agua y mantenlas sumergidas durante unos minutos. Al concentrarte en la sensación fría y refrescante, puedes desconectar momentáneamente de los pensamientos ansiosos y permitirle a tu cuerpo y mente que se relajen.
- Hielo en la muñeca:
El pliegue interior de la muñeca contiene puntos de presión que, cuando se enfrían, pueden tener un efecto calmante. Coloca el cubo de hielo durante unos segundos y siente cómo la frescura se esparce por tu cuerpo, permitiéndote liberar la tensión acumulada.
- Compresas frías:
Puedes aplicar hielo en la parte posterior del cuello, en las sienes o en el pecho, cerca del corazón. Estos puntos están relacionados con la relajación y el alivio del estrés, y la aplicación de hielo puede estimularlos para proporcionar un efecto calmante.
- Usa hielo en ejercicios de relajación y meditación:
Puedes integrar el hielo en tus ejercicios de relajación y meditación. Puedes sostener un cubo de hielo mientras practicas la atención plena o la meditación. Al concentrarte en la sensación fría, estarás más presente en el momento y te ayudará a liberar la tensión mental.
El uso del hielo es una técnica temporal para proporcionar alivio inmediato de la ansiedad y el estrés. Si experimentas estos problemas de manera crónica, es importante buscar ayuda profesional para abordar las causas y desarrollar estrategias a largo plazo para manejarlos.