Sin rasguño: Conoce la manera correcta de acariciar un gato
A pesar de lo que muchos creen, se recomienda que nuestro querido amigo tenga el control de la situación.

A pesar de lo que muchos creen, se recomienda que nuestro querido amigo tenga el control de la situación.
Amigas, tener una mascota siempre va a ser una responsabilidad. Independientemente de la edad que tenga o si tú estás todavía muy pequeña, este es un primer paso para saber el verdadero significado de tener el cuidado de alguien. Todo obviamente nacido desde el cariño que con el pasar del tiempo le vamos teniendo a nuestros compañeros de vida.
Entre los más comunes se encuentran los perros y los gatos, pero ambos son muy diferentes, ya que mientras los perros son mucho más extrovertidos y constantemente disfrutan de estar jugando, los gatos suelen ser un poco más distantes, pero no por ende menos cariñosos. Es este último punto el que termina por ayudar a decidir a muchas personas qué mascota elegir y es que los gatos son muy tiernos, pero hay que saber cómo acariciarlos.
Seguramente te ha sucedido que vas a la casa de un amigo o amiga y aparece su gato. En primera instancia te mirará con cierta duda e incluso se acercará a ti, pero todo con el propósito de analizar quién es este nuevo individuo que ha llegado a la casa. Confías en él, lo acaricias, él acepta tus muestras de afecto y luego te arañan. No entiendes qué sucede, pero a partir de ahí empiezas a tener más cuidado a la hora de interactuar con estos mininos tan complicados.
Entonces, ¿cómo es que se acaricia un gato?
Uno de los puntos claves para lograr una buena relación con nuestro gato es darle la capacidad para elegir y controlar las interacciones. Por ejemplo, es crucial que sea el propio gato que manifieste si desea recibir cariño y que él mismo controle que partes de su cuerpo quiere que le acaricien.
Adicionalmente, es importante prestarle atención al comportamiento y a las posturas que va a adoptar de acuerdo a las muestras de afecto. La duración de ello suele ser mayor cuando es el propio gato quien se acerca, antes que el humano. Esto también nos garantiza que se encuentra cómodo con nuestra compañía.
Una norma general es que a la mayoría de los gatos les gusta que les toquen los alrededores de las glándulas faciales, como la base de las orejas, bajo la barbilla y cerca de las mejillas. Mientras que se ha llegado a conocer que a una gran cantidad de ellos les molesta el contacto con la barriga y la base de la cola.