Abuelito llevó a su esposa que sufre de Parkinson a su centro de vacunación en un triciclo

Luego de casi un año de incertidumbre y sin una solución ante el avance del coronavirus en el mundo, por fin tenemos no una, sino varias vacunas aprobadas que ya han comenzado a ser aplicadas en varios países alrededor del globo, siendo los primeros en recibir dichas dosis el personal de salud y los adultos mayores.

Tal es así que, en países como México, los abuelitos han acudido a distintos centros de salud para que puedan recibir las dosis y sean inmunizados contra el virus, pero, una historia ha resaltado entre las demás, pues es una verdadera prueba de que el amor supera todos los obstáculos, incluyendo la pandemia.

Esta es la historia de Don Ceferino Hernández, un anciano de 75 años que se volvió viral luego de que llegara con su esposa, Galina Uribe Estrada de 83, a bordo de un triciclo al auditorio Francisco Eduardo Tresguerras, en Celaya, Guanajuato, donde les aplicarían la primera dosis de la vacuna contra el virus.

La pareja de ancianos enterneció a todos los presentes al ver al hombre llegar pedaleando su vehículo en el que transportaba a su amada esposa para que llegue sana y salva y pueda ser inmunizada con la vacuna.

Según se lee en distintos medios locales, la pareja de ancianos lleva más de 50 años junta (toda una vida), no tienen hijos por lo que se apoyan el uno al otro y solo con la ayuda de algunos familiares pudieron registrarse para recibir sus dosis de vacuna.

Asimismo, el anciano contó que su esposa se encuentra mal de salud desde hace un tiempo, por lo que decidió subirla a su triciclo y llevarla él mismo hasta el local de vacunación.

“Ella ya tiene rato enferma, tiene Parkinson, por eso no se puede mover”, dijo el abuelito.

Rápidamente la pareja se volvió en redes sociales ya que demostraron que el amor es capaz de vencer cualquier obstáculo y que uno sí se puede seguir enamorado de su pareja con los años, pues la preocupación de este abuelito por que su amada reciba la tan ansiada dosis, nos deja claro que el amor verdadero sí existe.