La ciencia explica por qué la mamá se enamora de su bebé durante el embarazo

Nada nos hace más felices que el hecho de convertirnos en madres. No solo nuestra anatomía sufre cambios para albergar a esa nueva vida que se está formando. Lo mismo ocurre con nuestro cerebro, que permite que las madres se enamoren de sus bebés. ¿A qué se debe esto? Nosotras te lo contamos.

Según explica Susana Carmona, investigadora del Servicio de Medicina Experimental del Hospital Gregorio Marañón y del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) de Madrid, España, durante el embarazo se liberan grandes cantidades de dopamina, hormona encargada del placer, la motivación y el esfuerzo, lo que permite que la madre se enamore del ser que lleva en su vientre.

Aunque parezca extraño el término de enamoramiento, esto no tendría otro significado que el de garantizar la supervivencia del pequeño, pues hacia el final de la gestación, el bebé se convierte en el único estimulo llamativo, relevante y placentero para ella.

Además, la experta indica que las reacciones del cerebro durante la gestación de la mujer no han sido debidamente exploradas. Esto podría contribuir a la detección a tiempo y prevención de algunas patologías desarrolladas comúnmente luego de dar a luz, como la depresión post parto o la psicosis.

Para llegar a esta conclusión, Carmona analizó los datos de neuroimagen estructural y funcional de madres primerizas antes y después del embarazo. Se colocaron frente a las madres participantes fotografías de sus bebés con el único fin de determinar si existían cambios volumétricos en el área cerebral encargada de la motivación y el placer (núcleo accumbens) activadas por esos estímulos. Algo así como colocarle fotografías de botellas de alcohol a un adicto.

Este núcleo accumbens disminuía su tamaño luego del primer embarazo, sin embargo, mientras más disminuía su estructura, más se activaba cuando la madre era expuesta a estímulos relaciones a su bebé, lo que llegaría a indicar que "en humanos, la conducta maternal está condicionada por sistemas básicos e instintivos, al igual que ocurre en otros mamíferos más basales, como los roedores".

Estos datos se obtuvieron de resonancias magnéticas a mujeres antes y después de su primer embarazo, y para analizar otras variables no relacionadas con la gestación también se analizaron los escáneres de mujeres que no tenían hijos ni mucho menos pensaban tenerlos.

Por otro lado, Carmona ya había realizado otros estudios en los cuales se pretendía determinar cuáles eran los cambios del cerebro de la mujer durante la gestación. A la conclusión que pudo llegar en aquella oportunidad es que el cerebro de la madre desarrolla la empatía o capacidad de ponerse en el lugar del otro mientras está gestando.

Finalmente, la investigadora afirma que esta investigación es un punto de partida para otras tantas que ayuden a determinar el momento exacto y la duración de esta actividad cerebral.