Hermana: una amiga de verdad que te escucha con el corazón
Tener una hermana es tener una mejor amiga, las 24 horas y los 7 días de la semana.
Tener una hermana es tener una mejor amiga, las 24 horas y los 7 días de la semana.
No hay nada más bonito que tener la fortuna de compartir momentos con tu hermana. Las hermanas siempre estarán ahí para ti, no importa si eres menor o mayor que ellas, siempre saldrán a defenderte. Cuando no haya amigas que quieran escucharte, cuando no haya nadie más, ellas siempre te harán saber que con ellas puedes contar.
La relación de hermanos es muy especial e indestructible, pueden pasar años sin verse ni comunicarse, pero una vez que el reencuentro sucede, nada las vuelve a separar. Este vínculo nace con la llegada de la hermanita menor. Desde la infancia, una hermana es como una amiga 24/7. La alegría de compartir juntas, será contagiosa hasta con los adultos.
Por otro lado, las personas que han crecido con una hermana son más felices y positivas, y esto no lo decimos nosotras, sino, la ciencia.
Según los investigadores de la Universidad de Montfont, en Reino Unido, y la Universidad de Ulster, en Irlanda del Norte, tener una hermana te hace más feliz y optimista. Para determinar ello, se encuestó a 571 personas entre 17 y 25 años de edad y se descubrió que las personas que crecieron con hermanas eran más propensas a ser felices.
Eso refleja que las personas que han tenido cerca a sus hermanas tienen una buena salud mental y una actitud más positiva. Esto también permitió llegar a la conclusión de que las hermanas alientan a una comunicación y cohesión más abierta en las familias y dejando en claro su papel en el dinamismo de la misma.
Obviamente no todo es color de rosa. A pesar de que ambas reciban la misma educación, sus caracteres no son iguales y en algunos casos pueden generarse algunas crisis en casa.
Existen las hermanas rebeldes y reaccionarias. De ellas son de quienes debemos aprender a defendernos, pues nunca callan lo que piensan y siempre son directas y abiertas. Nos ayudan a defender nuestro espacio personal, a tener voz y saber elegir qué es lo mejor para nosotras. En cambio, hay otras hermanas que son ese mar de calma y equilibrio que todas necesitamos. Son aquellas a las que podemos acudir por cobijo y apoyo en los días difíciles.
Con una hermana no hacen falta las palabras. Ellas nos conocen desde que somos pequeñas por lo que les será sencillo identificar cuando algo nos pasa. Es entonces que nos damos cuenta y sabemos que esa confianza construida no la tendremos con nadie.
A pesar de las dificultades, nuestras hermanas siempre estarán con nosotras y son parte de nuestros corazones. Cuando nuestros papás ya no estén en este mundo, juntas podremos sobrellevar todo.