Superioridad delirante: el complejo de las personas que se creen superiores a los demás

En algún momento de nuestras vidas nos cruzamos con personas que creen que son el centro del universo y que a veces nos ridiculizan por ‘saber’ más que nosotros. Sin embargo, el que esa persona se comporte de esa manera no quiere decir que sea mejor que tú, solo demuestra que intenta mantener ocultas sus inseguridades y su complejo de inferioridad.

Una teoría ampliamente aceptada es el efecto Dunning-Kruger, diseñado por David Dunning y Justin Kruger y destramado en la Universidad de Cornell, Nueva York. Este efecto caracteriza un trastorno cognitivo en el que las personas que ignoran un tema determinado creen que saben más que aquellos que son estudiados y experimentados sin reconocerlo.

Es decir, estas personas viven bajo un efecto de superioridad delirante. Creen saberlo todo y por lo general sus respuestas carecen de valor alguno. Además, los que creen tener habilidades cognitivas superior a la media, a menudo su poca humildad no les permite darse una oportunidad de aprender más cosas, pues se encuentran ciegos frente a su propio ego.

Sin embargo, este complejo no solo les afecta a ellos, sino también a todos aquellos que les rodean, pues no pueden detectar el potencial de las personas a su alrededor y tienden a ser críticos muy duros de sus compañeros o trabajadores. Estas personas se atrapan a sí mismas en su propia ignorancia y se niegan a entender que no son superiores al resto. Su narcicismo puede más que ellos o ellas.

Para aprender es necesario dialogar y más importante aún, a escuchar y cultivar la humildad, pues para aprender hay que aceptar que no sabes. Una persona con el efecto Dunning-Kruger o en general una persona que no quiere escuchar, estará incapacitada de aprender.

El sociólogo de origen polaco Zygmunt Bauman señala en una de sus últimas entrevistas que “el diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú”. Lo que nos lleva a concluir que las personas actualmente no dialogan, como consecuencia, no aprenden.

Es sencillo identificar a personas con síndrome de superioridad delirante pues ellos normalmente tienen una actitud general de prepotencia y arrogancia, llegando a tratar a los demás con desprecio. No importa si son gestos o palabras, el resultado es el mismo.

Si en algún momento de tu vida te llegas a cruzar con alguno de ellos, lo que podría ayudarte es a no sentirte intimidado ni mucho menos ofendido por ellos. Esto solo desencadenaría discusiones que al final, no vienen ni al caso.