¿Por qué no debes lavar el pollo antes de cocinarlo?
Lejos de las creencias de muchas amas de casa, esto podría expandir bacterias hacia el resto de la cocina.

Lejos de las creencias de muchas amas de casa, esto podría expandir bacterias hacia el resto de la cocina.
Amigas, todas hemos escuchado hablar sobre diferentes trucos a la hora de cocinar. Algunos buenos, algunos malos, algunos incluso van a depender de cada cultura y cómo es que varias de estas tradiciones se van creando de generación en generación, pero de todo ellos hay uno que siempre ha generado un revuelo dentro de aquellos están más cerca a la cocina, el lavado del pollo.
En los últimos años, ha causado mucha polémica esta interrogante, ya que de acuerdo con autoridades de México, Estados Unidos y Europa, se recomienda no lavar el pollo porque esto no elimina las bacterias y lejos de limpiarlo en su totalidad, podríamos estar esparciendo la contaminación en otras partes de nuestra cocina.
“Como consumidores debemos asumir que la carne de pollo tiene campylobacter, es una probabilidad muy alta; de hecho, hay estudios que muestran una prevalencia de más del 50 y hasta 70%”, menciona Alejandro Macías, experto en infectología y divulgador científico.
Y es que todo esto salió a la luz luego de que investigadores llegaron a la conclusión de que gran parte del pollo que se consume en todo el mundo podría tener campylobacter. El médico explica que “no es que el campylobacter venga dentro de los músculos del pollo, se encuentra en su intestino y es a través del manejo que se hace para comercializarlo cuando se contamina la carne”
Entonces, existe una probabilidad de que el pollo que compramos tenga bacterias y cuando procedemos con el lavado, esto termina salpicando a la tarja, los utensilios, los electrodomésticos e incluso otros alimentos que se podrían encontrar cerca y que terminarían generando lo que se conoce como contaminación cruzada.
De este modo, se llegó a la conclusión de que el campylobacter es la bacteria más asociada al consumo de pollo, pero que también va a depender del lugar en el que lo compremos o cómo es que preservemos nuestros alimentos. Recordemos que este tipo de patógenos mueren con las altas temperaturas y dado que el pollo es algo que se come generalmente cocido o frito, no existe un riesgo en su consumo mientras se siga las medidas de higiene correctas durante la preparación.