Los perros ablandan el corazón de sus humanos con su mirada, según un estudio científico

El no poder resistirnos ante la mirada de nuestras mascotas, tiene una explicación científica.

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El no poder resistirnos ante la mirada de nuestras mascotas, tiene una explicación científica.

Los que somos dueños de mascotas podemos coincidir que no hay nada ni nadie que se le resista a la tierna mirada de nuestros perritos. Nos miran de tal manera que pareciera que pidieran algo o simplemente se disculparan por un mal comportamiento. Cual sea que fuera el motivo, no podemos dejar de suspirar por nuestros amigos de cuatro patas.

Pero ¿por qué no podemos resistirnos ante esos ojitos? Para eso existe una explicación científica que tiene mucho que ver con el proceso de domesticación.

Un equipo liderado por la psicóloga Juliane Kaminski de la Universidad de Portsmouth, Reino Unido, publicó su más reciente investigación en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciencies el cual afirmaba que, debido a la domesticación, los músculos faciales implicados en el movimiento de la mirada son mucho más comunes en los perros que en los lobos, lo cual debió adquirirse en algún momento durante el proceso evolutivo.

El experimento se realizó mediante la disección de seis canes y cuatro lobos grises con el único fin de analizar sus músculos. Lo que pudieron encontrar y diferenciar rápidamente en estos animales es un músculo situado encima del párpado llamado levator anguli oculi medialis, (músculo elevador del ángulo medial del ojo) que poseían los perros estudiados mientras que en los lobos fue mucho más difícil de hallar.

Del mismo modo, se experimentó con animales vivos, tanto perros como lobos. El estudio arrojó que, cuando los perros pasaban más de dos minutos con sus dueños, éstos levantaban las cejas con mayor intensidad y con mayor frecuencia lo que daba a entender que existía algún tipo de vínculo comunicativo entre perros domesticados y humanos.

Los perros han logrado entender que mientras más hagan ese gesto, el humano sentirá más necesidad de cuidarlos. Esto les daría a los perros que mueven las cejas cierta ventaja evolutiva sobre los demás ejemplares.

Por otro lado, un trabajo publicado en el último número de “Science”, de Evan MacLean y Brian Hare, del Centro de Cognición Canina de la Universidad de Duke (Estados Unidos), indica que los perros son capaces de reconocer nuestra sonrisa, entender nuestras emociones, escuchar nuestras palabras y el tono con el que las decimos.

Además, los perros han encontrado la manera de ganarse de una forma muy hábil el circuito cerebral que une a las personas y que genera el apego de los humanos hacia su prole: la oxitocina. Como consecuencia, cuando los perros y humanos pasan más tiempo interactuando entre sí y manteniendo el contacto visual, ambos elevan sus niveles de oxitocina en el cerebro.

Finalmente, este estudio reveló que esta hormona (oxitocina) es lo que nos permite estar atrapados en la mirada de nuestros canes como si de un círculo vicioso se tratara solo para afianzar la unión entre mascotas y dueños.

Ahora que conoces el por qué no te puedes resistir a la mirada de tu cachorrito, no te culpes demasiado por tener el corazón blando, todo es responsabilidad de la evolución.

 

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