¿Por qué la presión arterial aumenta cuando hace frío?
El invierno puede ser algo que muchos disfruten, pero siempre hay que tener cuidado con nuestra salud.
El invierno puede ser algo que muchos disfruten, pero siempre hay que tener cuidado con nuestra salud.
Chicas, en los temas de salud no es tan sencillo entender muchas de las cosas que nos van sucediendo. Conforme vamos creciendo nos damos cuenta de que existen diferentes patrones y conductas que nos pueden llevar a tener un mejor estado en cuanto a nuestra salud. Las rutinas de ejercicio y la buena alimentación pueden ser elementos claves para tener un mejor desempeño a la hora de realizar nuestras actividades.
Esto, como es de esperarse, en un inicio va a depender de nuestros padres y de cómo es que nos vayan criando, pero una vez nos convertimos en adultas, está en nosotras saber cómo es que queremos llevar nuestra vida. Ante esto, aparecen otros factores igual de claves como los estudios o el propio trabajo, que en muchos casos va a regir cómo es que llevaremos nuestra salud y nuestra alimentación.
Se trata siempre de mantener un estadio idóneo de nuestro cuerpo, pero así como hay cosas que dependen enteramente de nosotras, hay otros factores que terminan siendo muy influyentes en nosotras, tal es el caso del frío y cómo es que esto puede llegar a impactar dentro de nuestra presión arterial, pero, ¿cómo es que llega a influir? Bueno, la presión arterial tiende a ser más alta en épocas de invierno y más bajas en verano.
“Se debe a que las bajas temperaturas hacen que los vasos sanguíneos se estrechen temporalmente. Esto hace que aumente la presión arterial porque se necesita más presión para hacer circular la sangre por las venas y arterias que se han estrechado”, según explicó el doctor Francisco López-Jiménez, miembro del Colegio Estadounidense de Cardiología y especialista de la Clínica Mayo en prevención cardiovascular en los Estados Unidos.
También se entiende que el cuerpo puede llegar ar reaccionar a los cambios bruscos de humedad, presión atmosférica, nubosidad o el propio viento que reacciona al frío. Esas variaciones en la presión están también relacionadas con la manera en la que envejecemos, ya que suelen ser más frecuentes en las personas mayores de 65 años.
Sin embargo, también pueden existir otros factores como el aumento de peso y la menor cantidad de actividad física, que suelen ser frecuentes durante el invierno, así como los alimentos salados que podemos ingerir. Recuerda que no solamente se trata del paso del tiempo o de la vulnerabilidad que tengamos a ciertas enfermedades, sino a cómo es que llevamos nuestra rutina en el día a día.